El impacto de la enfermedad de Alzheimer en el apetito, sabor y hábitos de alimentación 

 

La enfermedad de Alzheimer puede afectar a diversos aspectos de la salud de una persona, como los cambios en el apetito y el gusto.

 

Es bien sabido que la memoria y otros aspectos de las capacidades cognitivas de una persona se ven afectados por la enfermedad de Alzheimer, pero la enfermedad también puede afectar a otros aspectos de la salud de una persona, como cambios en el apetito y el gusto.  

Pérdida de apetito: Las personas con enfermedad de Alzheimer pueden experimentar una reducción del apetito, lo que conduce a la pérdida de peso. Esto podría deberse a una combinación de factores, entre los que se incluyen cambios en el cerebro que afectan al hambre y a las señales biomédicas que nos indican que estamos saciados, los efectos secundarios de una medicación, dificultades en la capacidad de la persona para reconocer las señales del hambre o dificultades con los procesos mentales de planificación y preparación de las comidas. 

Cambios en la percepción del olfato y el gusto: La enfermedad de Alzheimer puede afectar al sentido del olfato, que está estrechamente relacionado con el sentido del gusto. La disminución de la capacidad olfativa puede reducir el disfrute de la comida. Como resultado, ciertos alimentos pueden parecer menos apetecibles y puede haber una disminución general del interés por comer.  

Efectos secundarios de la medicina: Algunos medicamentos recetados para la enfermedad de Alzheimer u otras condiciones relacionadas pueden tener efectos secundarios que afecten al apetito o al gusto. Es importante que los profesionales sanitarios controlen y ajusten los medicamentos según sea necesario. 

Dificultad para reconocer los alimentos: A medida que avanza la enfermedad, las personas pueden tener dificultades para reconocer e identificar los distintos alimentos. Esto puede llevar a confusión sobre qué comer y a una mayor dependencia de otras personas para la preparación de las comidas. 

Dificultades para masticar y tragar: La enfermedad de Alzheimer puede afectar a las habilidades psicomotoras, incluyendo la capacidad de masticar y tragar correctamente. Esto puede dificultar el consumo de ciertos alimentos, lo que lleva a una preferencia por texturas más blandas o tipos específicos de alimentos. 

Alteración de los patrones de comida: Las personas con Alzheimer pueden sufrir alteraciones en sus hábitos alimentarios, como olvidarse de comer o comer de forma irregular. Es posible que los cuidadores deban ofrecer recordatorios y apoyo para garantizar comidas regulares y nutritivas. 

Comprender estos posibles cambios puede permitirle adaptarse a las necesidades de su ser querido y mantener la nutrición y la hidratación esenciales para su bienestar. 

 
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