Comprender los cambios emocionales de la enfermedad de Alzheimer
Para comprender completamente cómo la enfermedad de Alzheimer afecta las emociones de un individuo, es decir, lo que siente y cómo se comporta en función de esos sentimientos, necesitamos comprender qué partes del cerebro afecta el Alzheimer y qué partes no. Ese desequilibrio conduce a síntomas emocionales comunes, que incluyen depresión y apatía, ansiedad, miedo y agitación.
Las emociones están "alojadas" en dos áreas clave en el cerebro, el lóbulo frontal y la amígdala. El lóbulo frontal es el centro principal de personalidad, juicio, y control emocional. El daño al lóbulo frontal puede provocar que un individuo tenga dificultades para controlar sus respuestas emocionales, incluida la ira o la tristeza.
Al mismo tiempo, mientras el área de control emocional falla, un área que se salva de los efectos de la enfermedad de Alzheimer, la amígdala, sigue funcionando como de costumbre. Permite al individuo sentir una amplia gama de emociones positivas (felicidad, alegría, amor, humor) y negativas (miedo, ansiedad, soledad) y alberga la respuesta de "lucha o huida".
Es la capacidad de sentir miedo y ansiedad, junto con la incapacidad de controlar la respuesta emocional que crea un potencial para respuestas emocionales exageradas o malestares inesperadas. Lo que parece ser una situación tranquila y de poco estrés puede alterar mucho a su ser querido, dejando a algunos seres queridos más propensos a estar irritables o enojados (pelear), mientras que otros pueden mostrar depresión, letargo y aislamiento social (huir). Es posible tener una determinada respuesta emocional un día y una reacción diferente ante la misma situación al día siguiente.