Depresión y enfermedad de Alzheimer
Cuando pensamos en alguien que tiene la enfermedad de Alzheimer (EA), los primeros síntomas en los que pensamos se deben a cambios en el pensamiento o la cognición. La pérdida de memoria y la disminución de la concentración son ejemplos comunes. Desgraciadamente, además de los síntomas cognitivos, el 40 por ciento de las personas con la enfermedad de Alzheimer sufre una depresión significativa y otros síntomas comúnmente asociados a la enfermedad, como apatía, pérdida de interés por actividades y aficiones, retraimiento social, aislamiento e irritabilidad.
Estos síntomas representan una amenaza significativa para la calidad de vida tanto de las personas con Alzheimer como de sus cuidadores. Es vital que los cuidadores de familiares sean conscientes de esta probabilidad, sepan cuándo buscar ayuda y dispongan de estrategias para ayudar a su ser querido a afrontar este reto adicional.
Los cuidadores de familiares están en una posición excelente para vigilar los cambios de humor de sus seres queridos.
Esto es importante porque identificar la depresión en una persona con Alzheimer puede ser difícil si los cambios cognitivos del cerebro dificultan que la persona exprese su tristeza, desesperación, culpa y otros sentimientos asociados a la depresión. Los hombres y las mujeres con Alzheimer sufren depresión con la misma frecuencia y presentan síntomas similares.
Aunque muchas personas con la enfermedad de Alzheimer tendrán estados de ánimo variables que pueden incluir "bajones", ansiedad y disgustos, cuando los síntomas clave son persistentes, la depresión mayor se vuelve más probable.
Los síntomas clave incluyen un estado de ánimo deprimido (triste, desesperado, desanimado o lloroso) o una disminución del placer en las actividades habituales, junto con dos o más de los siguientes síntomas durante un periodo de dos semanas:
Aislamiento social/retirada de la familia y amigos
Alteración del apetito no relacionada con otra enfermedad o medicación
Alteración del sueño
Agitación / irritabilidad
Fatiga, pérdida de energía o comportamiento lento
Sentimientos de inutilidad o desesperanza, o culpabilidad excesiva
Pensamientos recurrentes de muerte, planes de suicidio o intento de suicidio
Búsqueda de un diagnóstico y tratamiento de la depresión
Si le preocupa que su ser querido esté deprimido, pida ayuda a su médico de cabecera. Si es necesario, lo referirá a un especialista. A menudo, el médico de cabecera puede ayudar con el diagnóstico y el tratamiento inicial. Dado que su ser querido puede tener dificultades para expresar toda la amplitud de los síntomas que usted ha observado, probablemente lo mejor sea que usted participe en la evaluación médica. Hay algunas evaluaciones basadas en preguntas que se utilizan para la depresión. Es posible que necesite su ayuda, ya que algunas enfermedades pueden simular una depresión. Es posible que el médico de atención primaria quiera realizar varios análisis de sangre. Si no se encuentra ninguna otra explicación, debe ofrecerse tratamiento.
El tratamiento ideal para cualquier persona sufriendo de depresión es una combinación de asesoramiento y medicamentos. El tratamiento de la depresión en la enfermedad de Alzheimer puede mejorar la sensación de bienestar, la calidad de vida y el funcionamiento individual de la persona. Algunas personas con la enfermedad de Alzheimer no podrán beneficiarse del asesoramiento, dada su escasa memoria y capacidad de procesamiento. Los medicamentos deberían ser igual de eficaces. Hay varias opciones buenas que reducen los síntomas sin afectar negativamente a la capacidad cognitiva.
Consejos para ayudar a un ser querido con depresión
Para los pacientes en las primeras fases de la enfermedad de Alzheimer que son conscientes de su diagnóstico y prefieren asumir un papel activo en la búsqueda de ayuda o en la ayuda a los demás, haga que consideren la posibilidad de seguir una psicoterapia de apoyo y un grupo de apoyo.
Ayude a controlar los medicamentos:
Anime a su ser querido a seguir el tratamiento y a tomar la medicina según las instrucciones.
Ayúdele a seguir el plan de tratamiento, ya que la depresión suele reaparecer cuando se interrumpe demasiado pronto.
Si no le ayuda, busque otros medicamentos y terapias dependiendo de la capacidad de su ser querido para participar en una terapia "hablada".
Si su ser querido está en un ALF/centro de ancianos, tenga cuidado con síntomas como
apatía
retraimiento social
pérdida de peso
agitación
rehabilitación física prolongada
Suicidio:
Esté atento a las señales de advertencia de suicidio. Busque ayuda profesional inmediatamente si sospecha que su ser querido está pensando en suicidarse.
Aunque una persona con Alzheimer, sobre todo en las fases medias y avanzadas de la enfermedad, puede no planear un suicidio, siempre existe la posibilidad de que se lesione o se mate.
Retire o limite el acceso a medios mortales como armas de fuego, cuchillos, herramientas eléctricas, disolventes, cerillas, encendedores, cuerdas/cordones, medicamentos o llaves del coche.
Las declaraciones de suicidio deben tomarse siempre en serio.
Si una persona tiene un comportamiento de suicidio, busque ayuda profesional urgentemente: llame al 911.
Consumo de drogas y alcohol
Las personas pueden consumir drogas y alcohol para enmascarar sus sentimientos causados por el dolor emocional y físico. El consumo de alcohol y otras drogas puede empeorar los síntomas de depresión, irritabilidad y ansiedad, y alterar la función cerebral. El alcohol también interactúa de forma perjudicial con numerosos medicamentos, incluyendo los antidepresivos.
El deterioro del cerebro causado por el Alzheimer también puede imposibilitar que su ser querido limite o abandone el consumo de alcohol o drogas.
Es posible que el cuidador tenga que limitar o detener el consumo de alcohol y/u otras drogas. Debe buscar asesoramiento médico.
Por favor, hable con su proveedor de atención sanitaria o el de su ser querido antes de utilizar esta información.